jueves, 3 de noviembre de 2016

Firma brasileña se lanza contra Pemex

La empresa es la principal procesadora de fibra para el sector textil; propone rentar o vender plantas en Coatzacoalcos y Cosoleacaque. 04:23Patricia Tapia El grupo brasileño Unigel es uno de los afectados por el desbasto de materias primas de Pemex, pues sus plantas de Coatzacoalcos y Cosoleacaque, Veracruz —que tiene en alianza y donde produce acrilonitrilo (fibra acrílica para el sector textil)—, están detenidas desde hace dos meses, dijo su presidente mundial, Henri Slezynger. En su desesperación, han puesto todas las opciones sobre la mesa con la petrolera, desde la renta de plantas hasta la compra; sin embargo, es un proceso que lleva tiempo, pero la industria no puede esperar, y es que la empresa brasileña produce 70 por ciento del acrilonitrilo que consume el país (60 mil toneladas al año). Cada mes que dejan de operar se pierde un millón de dólares, pues hace falta la materia prima que les provee Pemex, que es el propileno, un producto refinado. “Eso tiene un efecto multiplicador cadena abajo, porque se dejan de producir otras cosas”, dijo. Las refinerías de la empresa productiva del Estado se encuentran a su más baja capacidad de procesamiento, por lo que no se tiene el producto, explicó Abraham Klip, director general de Unigel en México. Unigel llegó a México en 2006 mediante una alianza con Pemex, porque se deseaba recuperar su industria petroquímica, que estaba parada, y ha realizado inversiones superiores a 60 millones de dólares; tiene cuatro divisiones de negocio: Unigel Acrílicos, Química, Minería y Plastigas, que en conjunto generan 600 empleos directos. “Últimamente hemos sufrido por la falta de materia prima, y las nuevas políticas de Pemex están poniendo en peligro nuestra existencia”, comentó. La resistencia de Unigel dependerá de definiciones en el corto plazo de la petrolera, porque hoy no quiere garantizar más materia prima, porque no la tiene, pero está presionando por los costos, que son extremadamente altos y el grupo no logra cubrir, pues aun cuando las plantas no están operando tienen gastos fijos. “Los inversionistas brasileños están asustados; no hemos pensado retirarnos de México pero puede ser una consecuencia… si nosotros nos vamos eso es un mal ejemplo”, dijo. El grupo ha tenido que echar mano de su producción en Brasil para abastecer a sus clientes, los cuales tardó años en ganar su confianza y perderlo todo sería una “tristeza”, comentó.



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