martes, 24 de agosto de 2010

La suerte de Pemex...

"Pemex va a la muerte" según el senador Francisco Labastida. Felipe Calderón refuta y aquél sostiene que sólo interpreta los datos oficiales. Bueno, el senador Labastida también tiene mucho que explicar de cuando promovió la reforma energética. Y de hecho con esa declaración hace que todos los pillos se froten las manos, porque no necesita decirlo el gobierno de Calderón. El senador Labastida como buen matasanos anuncia la muerte del enfermo. Ha invocado a los buitres.

El colapso o muerte de Pemex, es algo que venimos señalando los técnicos y profesionistas desde hace varios sexenios. Pero venimos diciendo que es un colapso provocado, consciente, doloso. Se viene ejecutando desde hace más de 20 años. Desde entonces hemos propuesto a las distintas administraciones federales y de Pemex las soluciones a estos problemas, es decir, el cómo se deben hacer las cosas. Empezando por la estrategia energética. Después cómo aprovechar lo que tenemos sin tener que recurrir a costosos y violatorios Contratos de Servicios Múltiples, ahora en la modalidad de "Reforma Energética" con las nuevas Disposiciones Administrativas de Contratación - "esas ya las aplicábamos nosotros antes de 1938", dírian la Standard Oil, Huasteca Petroleum y las que gusten.

Una y otra vez propusimos soluciones y hemos demostrado cómo, de seguir por el camino que ahora se señala, se lleva a la quiebra a la empresa, pero que insistimos, es provocado por imposiciones hacendarias fuera de toda lógica, ¿a quién le interesa que así sea? Al mismo tiempo gobiernos que van y vienen despiden a los ingenieros de experiencia de Pemex, poniendo en su lugar a verdaderos ineptos de la iniciativa privada.

Para aderezar el pastel el Director de Pemex anuncia que para aumentar la renta de nuestros activos - léase refinerías - es necesario importar crudo ligero "que no tenemos". Si eso le recomendaron sus asesores debería de correrlos por incapaces. Hace 10 años debimos empezar a construir refinerías de crudo pesado. Estarían terminadas. Habría gasolinas y gas barato para Pemex Petroquímica.

Mientras que en Petroquímica su director, bajo el camuflaje de una conferencia "de expertos internacionales" pasea a los dueños de empresas privadas extranjeras enseñándoles nuestras instalaciones. Nada más faltó que preguntaran por la cheyenne. En tanto los complejos languidecen a expensas de los bolsillos de Repsol.

Ante todo este teatro del absurdo los técnicos y profesionistas de la Unión alzan la voz y dicen: "¡somos capaces de sacar adelante a Pemex! A pesar de demostrales que con la fuerza y apoyo de miles de trabajadores daremos los mejores resultados que Pemex haya visto en lustros, siguen discriminándonos". Mas valdría al señor director poner más atención a las propuestas de la Unión y quitar los insanos obstáculos, para no repetir los errores de su antecesor. Lamentablemente tiene en los puestos clave a los mismos que convirtieron en conflicto lo que pudo haber sido el inicio de un Pemex productivo. Que no pierda más el tiempo. La suerte de la Unión es la suerte de Pemex.

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