miércoles, 1 de julio de 2009

Tiempo de Negocios

Estimados compañeros:

La pugna por los contratos de Pemex, el caos y la parálisis sigue aumentando, los trabajadores y la UNTYPP no deben permanecer al margen permitiendo esto, debemos solicitar a los compañeros que a traves de la Untypp denuncien todas tropelias y corruptelas de los grupos en pugna. Por lo pronto se filtró la información que las pláticas por la revisión contractual siguen suspendidas, ¿Hasta dónde quieren llevar a los trabajadores y al país?

Agregamos dos anàlisis muy actualizados al respecto.

¡POR EL RETORNO DE PEMEX A LA LEGALIDAD!
¡POR LA REINSTALACION INMEDIATA DE LOS DESPEDIDOS!
¡ALTO A REMATE DE LA PETROQUIMICA!



Pelean dos grupos control de Pemex y Calderón se adelantaría con Ruiz Mateos

La pelea por el control de Pemex está al rojo vivo y subirá de intensidad todavía más en las próximas semanas, incluida ésta, previa a las elecciones del 5 de julio. Todo mundo quiere meterle la mano a la empresa más rentable del país. La salida de Jesús Reyes Heroles se va a dar en cosa de días. Y los dos grupos que a partir del año 2000 tomaron el control de la paraestatal y forjaron una nueva clase empresarial están preocupados. En un lado está el de Francisco Gil Díaz y en otro el de Santiago Creel. Pero en medio apareció un tercero, el de Felipe Calderón, que tiene la mirada puesta en las próximas elecciones presidenciales y no quiere ser rehén de nadie. Con el arribo del panista Vicente
Fox a la Presidencia, se empezó a desmantelar la vieja clase empresarial que por décadas gobiernos priistas y un sindicato afín les permitieron succionar los mejores negocios de Pemex. Ramiro Garza, Félix Cantú, Alfredo y Javier Miguel, Carlos Hank González, Isidoro Rodríguez, Leonardo Sánchez Ávalos, Salvador Martínez Garza, Humberto Lobo, fueron algunos que amasaron inmensas fortunas.

Sin embargo, la fiesta terminó en los albores de la última década del milenio. Con un Fox apático otros actores empezaron a cobrar fuerza. Fueron los casos de los entonces secretarios de Hacienda y Gobernación. El ITAM los une Gil Díaz y Creel ya se conocían. El primero le encomendó al segundo el blindaje legal de ISOSA. Uno era subsecretario de Ingresos y el otro abogado de Noriega y Escobedo. Era el ocaso del gobierno de Carlos Salinas. Tras su paso como socio del bufete, Creel se fue como director interino del Departamento de Derecho del ITAM, el alma mater de Gil Díaz, desde donde crearon el fideicomiso que creció a partir de la operación de Aduanas. De vuelta a las grandes ligas del gobierno, empezaron a construir una nueva red de contratistas, lo mismo en la proveeduría de plataformas, que en la perforación de pozos, el transporte de hidrocarburos o
la consultoría de sistemas. Para nadie es un secreto que, durante la administración foxista, Gil Díaz controló la operación de Pemex, lo que también benefició a Creel. El primero vía Juan José Suárez Coppel y el segundo a través de Luis Ramírez Corzo. Suárez Coppel siempre fue el alumno más avezado de Gil Díaz, quien lo puso en Pemex como director corporativo de Finanzas. Ramírez Corzo era el director de Pemex Exploración y Producción (PEP), la unidad más rentable. Bueno estorba Pero en ese proceso de reajuste, que incluso alcanzó a los priistas, puesto que el sindicato petrolero de Carlos Romero Deschamps también se pintó de azul, otros grupos de poder también entraron a disputar el gran de botín de Pemex. Fueron los casos de Juan Bueno, Marta Sahagún y la familia de Juan Camilo Mouriño. Todos echando por delante su aparente raíz panista empezaron a disputar negocios con los emisarios de Gil Díaz y Creel. De los más representativos y significativos apunte a Alfredo José Coppel Salcido y a José Carral Escalante, presidentes de Global Drilling y de Turbinas Solar, respectivamente Juan Bueno Torio fue director de Pemex Refinación de 2003 a 2006 y se convirtió en un obstáculo para los planes de Gil Díaz. Otro escollo que el ex secretario de Hacienda empezó a tener significó el propio Creel. Hacia la
segunda mitad del gobierno de Fox, Bueno Torio empezó a vetar decisiones que implicaban abrir negocios en el rubro de transporte de petrolíferos, que él como responsable de esa unidad, tenía a su alcance. El ahora senador por Veracruz
proviene de una familia que posee negocios precisamente en el giro del autotransporte terrestre, con muchos nexos con Pemex, del que es uno de sus principales proveedores de pipas. Mouriño al quite A su vez, el distanciamiento entre Gil y Creel se observa por esa misma época, cuando el ahora también senador se transformó en el candidato de Fox a la presidencia en las elecciones de 2006. Los tiempos hacen coincidir a un jugador más: la familia Mouriño y al propio Felipe Calderón. El jefe del Ejecutivo fue secretario de Energía de 2003 a 2004, puesto en el que fungió como presidente del consejo de administración de
Pemex. A finales de los noventa, Grupo Energético del Sureste ya era uno de los franquiciatarios de Pemex más fuertes. Empero, desde el año 2000 Juan Camilio Mouriño dio un impulso inusitado no sólo a las gasolinerías de la familia. Como
diputado federal, y desde que se convirtió en asesor de Calderón en Energía en 2003, Mouriño se transformó en otro rival de cuidado para Gil Díaz en el mismo rubro de transportación, el que había vetado Bueno. Gil Díaz trató de forzar la apertura a la inversión extranjera de las estaciones de servicio con base en
chantajes a los gasolineros. A éstos les montó una campaña de desprestigio y los obligó a eliminar el uso de efectivo. Curiosamente, la estrategia puesta ya en marcha por los intereses de Gil Díaz para abrir el negocio a las grandes multinacionales como Shell, Exxon y British Petroleum, fue detenida por el mismo Mouriño, con apoyo de Creel. ¿Global Drilling? Por lo que hace a la incursión de la familia Sahagún, se da en el contexto del empuje que obtiene la empresa Oceanografía, gracias al ex director de Pemex Raúl Muñoz Leos, donde la figura central es Manuel Bibriesca. El relevo de Muñoz por Ramírez Corzo en 2004 se da con la venia de Gil. Ramírez respondía a intereses de Creel y Carral, a quienes benefició con negocios en PEP, pero Gil lo apoyó porque le abrió la puerta a
Alfredo José Coppel. Este hombre tomó en 2003 el control de Global Drilling, firma quebrada y demandada por Pemex, pero que vertiginosamente empezó a ganar contratos, justo cuando su primo, Suárez Coppel, era el encargado de las finanzas. En las últimas semanas los grupos de poder han estado cabildeando para influir en la designación del sustituto de Reyes Heroles, quien llegó recomendado por huestes de Ernesto Zedillo, para bloquear a Gil Díaz. La mano de Gil Y es que éste había logrado que nombraran a Georgina Kessel secretaria de Energía y a Mario Gabriel Budebo, quien fue su coordinador de asesores en el sexenio pasado, como subsecretario de Hidrocarburos. De nueva cuenta, Gil empuja a un alfil suyo, que es el susodicho Suárez Coppel, mientras que Creel y Carral impulsan a Carlos Morales Gil, el titular de PEP. En el juego y rejuego se barajan otros nombres. Está el mismo Juan Bueno, que no tiene posibilidades, e incluso Francisco Salazar, presidente de la CRE, que también habría que descartar. De igual forma Alfredo Elías Ayub, director de la CFE, que algunos dan por bueno. No obstante, se asegura que la semana pasada salió humo blanco de Los Pinos y que Calderón optó por no cometer el mismo error de apatía que su antecesor y decidió dar un manotazo a los grupos que se pelean el control. No se vaya a reír, pero se afirma que el ungido para dirigir Pemex es ni más ni menos
que Gerardo Ruiz Mateos, el inexperto secretario de Economía. Si es así, pobres instituciones y pobre país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario