jueves, 10 de septiembre de 2015

Pensiones no son deuda pública

J. Jesús Rangel M.
Milenio

En días pasados el rumor creció: el gobierno absorberá como deuda pública el pasivo laboral de Pemex, CFE, IMSS e Issste para dejar financieramente sanas a estas instituciones.

No hay tal.

En la exposición de motivos del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 se informa que el gasto en pensiones durante 2016 será por un total preliminar de 616 mil 911 millones de pesos, 9 por ciento más que en 2015.

Ese es el monto en pensiones que se paga a los jubilados del gobierno federal, el IMSS y el Issste y, claro, el de las empresas productivas del Estado, Pemex y CFE.

Al desglosar el total, el documento revela que el gobierno federal disminuirá en 2.2 por ciento los pagos por este concepto en 2016 respecto a 2015. Será de 90 mil 398.4 millones de pesos contra 92 mil 458.6 millones en esos años, respectivamente.

El Issste es la institución que más aumentará los recursos pensionarios, en 14.2 por ciento; pasarán de 139 mil 271.2 millones de pesos en 2015 a 159 mil 44.6 millones en 2016. En el caso del IMSS, el alza es de 10.3 por ciento, para llegar a 287 mil 397 millones el próximo año, desde 260 mi 518.7 millones en 2015.

Como usted sabe, Pemex está en negociaciones salariales con su sindicato. A finales de julio debió firmarse el contrato colectivo, pero se aplazó y aún no se ha informado de su conclusión.

Quizá por esa razón se especuló que una de las condicionantes para firmar el nuevo contrato era que el gobierno federal fuera el responsable del pago de pensiones. Con la entrega del proyecto de presupuesto de gasto público, se cae por los suelos esa versión.

En 2016, Pemex tendrá que pagar por pensiones de sus trabajadores un total de 47 mil 450.1 millones de pesos, 6.7 por ciento más que en 2015, cuando el monto fue de 44 mil 487.5 millones. En el caso de la CFE el aumento será de 11 por ciento, al pasar de 29 mil 393.5 millones en 2015 a 32 mil 620.3 millones en 2016.

Seguramente no se absorbió la deuda para que el déficit público no se destapara y, en consecuencia, no se cumpliera el compromiso del gobierno federal con el Congreso de la Unión, de reducir este déficit.

Desde 2009 el déficit público superó el nivel de 2.3 por ciento. En 2015 se estima que alcance 3.5 por ciento y para 2016 se prevé que disminuya a 3 por ciento. Así se mantendrá la política de finanzas públicas sanas.

Por cierto, es muy favorable proponer al doctor Agustín Carstens para continuar en el Banco de México.

jesus.rangel@milenio.com

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