Depués de casi 20 meses de ilegalidad, persecución, represalias y oídos sordos en contra del Sindicato de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros, la administración de Pemex ha aceptado contra su voluntad, a sostener un diálogo con nuestra organización para iniciar el proceso de las relaciones laborales y la reinstalación de todos los despedidos ilegalmente por formar la Unión.
Sin embargo existe un gran problema. El dinosaurio en que está convertido la administración de Pemex no sabe hablar. Sí claro, emite sonidos y articula frases, pero ese lenguaje que utilizá tampoco evolucionó, quedo atrás. Y lo peor, que el olvido es su mejor aliado para entablar un diálogo. Se le olvida que viola la ley y la sigue violando, se le olvida que ha cometido agravios, se le olvida que trata ahora con gente pensante, se le olvida incluso que debe su existencia a quienes ha depredado, los profesionistas.
Es una administración que un día dice una cosa y al siguiente otra. Que "está en toda la disposición" de atender y escuchar, pero que es incapaz de resolver. Tiene una cabeza visible, pero está claro que hay más cabezas que no lo son.
Además es un dinosaurio provocador. Le gusta provocar cuando se sienta a que lo escuchen dar sus argumentos de cómo es que otro dinosaurio, como lo es la Secretaría de Hacienda, lo obliga inmisericordemente, mediante convenios de ajuste de estrucuturas, ha eliminar a los miembros del sindicato de la Untypp, que no es su culpa y que aún no duerme por ese hecho. Pero que está dispuesto a hacer lo que sea para revertir esa falla, pero que necesita tiempo, muuucho tiempo. Porque saben, dice el dino, le cuesta mucho trabajo conseguir que Hacienda reactive las plazas que ya se engulló, bueno (depués de darle muchas vueltas) dice que las plazas siempre sí las tiene, pero que el dinero tiene que mendigarlo a Hacienda, que no le hace caso el otro dinosaurio. Aunque el Director de este dinosaurio haya mostrado "toda la disposición" de atender al sindicato en sus demandas, pero que no puede por motivo alguno dejar el nicho en el que fue depositado desde el día en que fué ungido como tal, para aunque sea balbucear algo con los representantes a los que está obligado a atender. Jamásmente un director habrase visto estrechando la mano a alguien de otra especie que no sea la dinosáurica, ¿que tal y se acelera la evolución y por ende la extinción a raíz de ese contacto?
Ante tal situación, es de preveer que el dinosaurio quiere que las cosas marchen al ritmo de la evolución de la especie que se niega a extinguirse. Pero no siempre es así, no estamos dispuestos a a que el dinosaurio maneje las cosas como acostumbra. Hemos sido muy pacientes tratando de ensañarle al ente jurásico a hablar de forma clara y apegarse al derecho. Hemos soportado sus coletazos una y otra vez. Pero aunque el dino sea torpe y de escaso entendimiento, tendremos que enseñarle que no puede seguir con esa misma soberbia y actitud de milenaria indolencia. Lo entenderá. Más pronto que tarde.
martes, 6 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario