viernes, 23 de octubre de 2009

Un día en tu vida...

Lo recibimos por correo electrónico, de autor hasta ahora desconocido, pero si alguien sabe el origen no duden en aclararlo para darle el crédito a quien lo merece, aunque parece que es compartido.


Un día, en tu vida…

Imagina que mañana llegas a tu trabajo y te dicen que la empresa ya no existe. Que todos los derechos que tenías los perdiste (seguro social, créditos de vivienda, una pensión digna, aguinaldo, etc.), que si quieres puedes pasar a recoger tu indemnización y, si te portas bien, probablemente te vuelvan a contratar… eso sí, no en las mismas condiciones anteriores porque el país no está para tener "privilegiados", a menos que sean banqueros, dueños de televisoras, empresas telefónicas, altos funcionarios públicos o familiares y amigos de los meros meros.Regresas a tu casa y en las noticias del día te llaman corrupto, te acusan de ineficiente cuando sabes que, a pesar de que en la empresa no invirtieron en los recursos técnicos para trabajar, tú y tus compañeros estaban logrando sacarla adelante. Ves la desfachatez con que mienten los funcionarios al decir que los trabajadores tienen la culpa del déficit de 40 mil millones, pero en las noticias no se dice que más de 90% de esa cantidad es porque el propio gobierno obligó a la Compañía a comprar cara la electricidad de la Comisión Federal y a venderla barata, sobre todo a los grandes industriales.Luego sales a la calle a protestar, (por supuesto estás encabronado) sales a exigir tus derechos, te manifiestas, marchas por la calle, y uno de los "OTROS" que trabaja en la radio dice: "un grupo de revoltosos bloquea el acceso al importante centro comercial...bla,bla bla". Los "OTROS" de la sociedad te dan la espalda, casi te lo mereces, te mientan la madre con el claxon, y te gritan "YA PÓNGANSE A TRABAJAR"… tú, claro, te dices a ti mismo: ¡pero si eso es lo que quiero!
Te quejas ante todas las instituciones que se supone te deberían respaldar (Autoridades laborales, legisladores, Derechos Humanos, tribunales de justicia…). Sólo hallas indiferencia, ilegalidad, arbitrariedad o injusticia. ¿Qué haces? te plantas en la calle y montas una protesta permanente para ver si alguien te hace caso. Pero no, las mentadas continúan y los "OTROS" están furiosos porque cierras la calle, porque enturbias su felicidad, pues ¡NOS VAMOS AL MUNDIAL! ¡NOS VAMOS AL MUNDIAL! Aunque no haya empleos tenemos circo para divertirnos. Los "OTROS" te olvidarán, para ellos sólo eres un revoltoso, un bandido, un rebelde. Poco a poco, el desgaste hace que la gente que te apoya también te olvide…
Tienes que buscar cómo ganarte la vida: comer, pagar la tele o el coche que te vendieron con la mentira de que ibas a pagar "poquito". Y no te queda más que hacerla de franelero, vendedor ambulante, o de obrero mal pagado en cualquier empresa, llámese como se llame. Derrotado, no te quedan ganas de volver a levantar la voz, de decir nada en contra de tu patrón, no sea que te pase otra vez lo mismo.
Hoy el personaje de la historia es un electricista, ayer fue un ferrocarrilero, un peón, un minero, un maestro, un estudiante… Mañana será uno de los "OTROS". Aunque se porte como el gobierno quiere, o si demanda un salario menos miserable, o pide que le rindan cuentas sobre sus fondos de retiro, o se niega a pagar cuantiosos impuestos mientras los empresarios no pagan nada. Hoy son ellos, mañana será algunos de nosotros, aunque ahora creamos ser de los OTROS.
La historia se ha repetido muchas veces y siempre, en el mundo, ha sido el principio de las dictaduras. Gobiernos que suprimen la libertad de expresión, compran a los medios para que digan lo que su “razón de Estado” dicte, tachan a todos lo que se manifiesten de violentos y malhechores. Así justifican la presencia del ejército en todas las calles y la pérdida de otras garantías constitucionales. Después: amigos, hermanos, vecinos… muertos, encerrados, desaparecidos o exiliados. Total, si ya suprimieron los derechos de los trabajadores, también, ya entrados en gastos, suprimirán los derechos civiles. AL CABO NADIE PROTESTA, NADIE DICE NADA y la televisión nos mentirá que todo está bien, que tenemos un patriota por gobernante.
Hoy es el momento. ¿Qué estamos esperando... que llegue nuestro turno?..

Mañana puede ser como tú quieras. Todo depende de HOY.

No hay comentarios:

Publicar un comentario