Alejandro Nadal
Pemex: destruirlo desde adentro
Existen muchos caminos para desmantelar a Petróleos Mexicanos. Y no hay que equivocarse: destruir a la paraestatal es sucedáneo de privatizarla. Convertido Pemex en una entelequia, el camino a los hidrocarburos mexicanos estará abierto al capital privado, nacional o extranjero.
Por eso el paquete de reformas tiene varias líneas de ataque. La primera es la violación de los artículos 25 y 27 constitucionales. Por obvia, es la que más ha llamado la atención y buena parte del debate se concentra en este punto. Desde luego, la anticonstitucionalidad de las reformas propuestas ha quedado bien establecida.
Pero, cuidado, esto puede ser una cortina de humo. ¿Qué pasaría si en negociaciones inconfesables esa parte de la reforma es abandonada por el gobierno a condición de que se apruebe el resto del paquete?
Es importante recordar que hay otra agresión contra Pemex en el conjunto de reformas propuesto por el gobierno. Un componente decisivo se encuentra en la iniciativa de nueva Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos. Su exposición de motivos habla de fortalecer el gobierno corporativo de Pemex para que "se ponga al día" y pueda competir en el entorno global. Pero más allá de esta retórica ramplona, la propuesta de ley entraña un peligro mortal para la muy golpeada empresa paraestatal.
La iniciativa propone "fortalecer el consejo de administración de Pemex, incorporando a cuatro consejeros profesionales" adicionales. La composición anterior queda sin cambio (seis representantes del Estado designados por el Ejecutivo federal y cinco representantes del sindicato). Sin embargo ahora, con los nuevos consejeros, también designados por el Ejecutivo, los representantes del presidente en turno tendrán una aplastante mayoría en el consejo. Pero no se alarme usted porque la exposición de motivos nos asegura que "la actuación de estos consejeros profesionales será fundamental para dar un valor agregado a las decisiones del consejo de administración" de Pemex.
El "valor agregado" podrá notarse desde el principio, pues el nuevo Consejo de Administración (CA) podrá redefinir de pies a cabeza la estructura corporativa de Petróleos Mexicanos. Leyó usted bien: de un plumazo quedaría abolida la estructura actual (refinación-exploración; refinación; gas-petroquímica y petroquímica) de Pemex. En su lugar, el flamante CA podrá proponer una nueva "estructura organizacional y operativa" para la paraestatal. No cabe duda: esto daría gran flexibilidad al señor Calderón para ofrendar bonitos regalos al lobby petrolero privado. Todo ello sin violar de manera flagrante la letra de la Constitución.
Por eso la ley orgánica de Pemex propuesta por el gobierno contiene muchas aberraciones. Una es el régimen de contratación de deuda que conducirá a comprometer todavía más la situación financiera de la empresa. Pero otra, igualmente grave, es la facultad del CA para "aprobar las disposiciones aplicables a Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios para la contratación de obras y servicios, adquisiciones, arrendamiento, etcétera". Es decir, ahora el CA es quien define qué ley se aplica y cuál no. ¡Vaya forma de fortalecer a Pemex!
El artículo 134 constitucional señala que las adquisiciones de todo tipo de bienes, servicios y contratación de obras "se adjudicarán a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública". También establece un régimen de excepciones y la nueva ley orgánica de Petróleos Mexicanos recurre a ese resquicio, proponiendo varios casos en los que la empresa puede no utilizar el procedimiento de licitación pública. Entre ellos destaca el caso de "contrataciones con el propósito de desarrollar innovaciones tecnológicas relacionados con el objeto de Pemex" (artículo 45). Este enunciado abarca tantas cosas que el régimen excepcional se convertirá en la regla general y abrirá las puertas al contratismo.
No cabe duda, todo estaría listo para completar la destrucción de Pemex desde adentro
miércoles, 23 de abril de 2008
miércoles, 9 de abril de 2008
Antonio Geherson escribe en La Jornada.
Antonio Gershenson
gershen@servidor.unam.mx
Nuevo sindicato petrolero
El pasado martes 18 de marzo tuvo lugar la asamblea constitutiva de la Unión de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP). No es la primera vez que surge un movimiento "desde dentro" de Pemex durante un movimiento en defensa de la institución contra intentos privatizadores. Es el cuarto movimiento de organización sindical o similar de los trabajadores mencionados. Hace 38 años, los Técnicos y Profesionales de Pemex formaron un primer sindicato, la asamblea constitutiva fue en Coatzacoalcos. Solicitaron el registro en la Secretaría del Trabajo y se les rechazó, también les rechazaron un amparo contra este fallo.
Casi tres años después, en abril de 1973, este mismo grupo de petroleros solicitó al entonces presidente de la República su apoyo para sindicalizarse, y éste en julio del mismo año dio órdenes en ese sentido, pero dentro del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Dentro de ese organismo, formarían una sección, pero la sindicalización fue gradual. A partir de 1974 se dio la sindicalización de los niveles salariales más bajos, pero es hasta 1976, después de paros, plantones y manifestaciones, que se sindicaliza a todos los que habían sido considerados como trabajadores de confianza.
Eran de las pocas organizaciones sindicales que incluían a técnicos y profesionistas; en otras partes se les consideraba personal de confianza, aunque la ley no diga eso. Lo que la Ley Federal del Trabajo dice es: "Artículo 9. La categoría de trabajador de confianza depende de la naturaleza de las funciones desempeñadas y no de la designación que se dé al puesto. Son funciones de confianza las de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan carácter general, y las que se relacionen con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento."
Luego, junto con otros actos represivos, los técnicos y profesionales fueron declarados como "de confianza" y sacados del sindicato. Hubo numerosos despedidos y jubilados prematuramente, en diferentes momentos. A pesar de todo, hubo nuevos intentos de sindicalización en 1994 y en 1995, en este caso también para defender la petroquímica de Pemex, que estaba en la mira privatizadora.
En 2002 se forma la Unión de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera, A C (Untcip). Ahí estaban también despedidos y jubilados.
Esta vez, como van por el registro como sindicato, sólo son miembros los que trabajan ahora en Pemex, para eludir posibles trabas. Hay otros ahí, ayudando y a veces hablando, despedidos o jubilados, pero no pueden ser miembros de la nueva unión. Creo que se necesita mucha decisión para, después de lo que ha pasado en ocasiones anteriores, volverse a lanzar y a organizar. También son muestra de una nueva época, de una nueva correlación de fuerzas. Y como en otras ocasiones, se junta con un problema en Pemex, con los intentos de meter empresas privadas en mayor escala e ir privatizando. La vez anterior, cuando querían vender la petroquímica de Pemex, se opusieron abiertamente y el intento privatizador finalmente, después de año y medio, fracasó. En 2004 hubo nuevos intentos de sindicalización.
Ya hablando otra vez de la nueva UNTyPP, los técnicos y profesionistas vinieron de un buen número de ciudades petroleras, y de otras no pudieron venir porque les encargaron tareas "de emergencia" y cosas así que no se pueden dejar de atender. Una vez que se cubrieron los trámites de aprobación de los documentos básicos, Declaración de Principios y Estatutos, que ellos ya habían discutido y consensuado durante 15 reuniones, se dio la elección, de hecho consensuada, de Comité Ejecutivo y Comisión de Vigilancia.
En su Declaración de Principios, entre otras cosas la nueva organización dice: "Todos los trabajadores técnicos y profesionistas de Petróleos Mexicanos tenemos derecho y obligación de participar en las decisiones técnicas y administrativas de la empresa (...) Rechazamos la privatización de Pemex, cualquiera que sean su forma y sus beneficiarios (...) Estamos convencidos de que el desarrollo de nuestro país debe ser de manera sustentable, pues es la única forma de garantizar un futuro mejor para nuestros hijos".
En su proceso de organización y consolidación, estos técnicos y profesionistas han contado con el apoyo solidario de abogados democráticos, de organizaciones sindicales y de partidarios de un Pemex fortalecido y nacional
gershen@servidor.unam.mx
Nuevo sindicato petrolero
El pasado martes 18 de marzo tuvo lugar la asamblea constitutiva de la Unión de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP). No es la primera vez que surge un movimiento "desde dentro" de Pemex durante un movimiento en defensa de la institución contra intentos privatizadores. Es el cuarto movimiento de organización sindical o similar de los trabajadores mencionados. Hace 38 años, los Técnicos y Profesionales de Pemex formaron un primer sindicato, la asamblea constitutiva fue en Coatzacoalcos. Solicitaron el registro en la Secretaría del Trabajo y se les rechazó, también les rechazaron un amparo contra este fallo.
Casi tres años después, en abril de 1973, este mismo grupo de petroleros solicitó al entonces presidente de la República su apoyo para sindicalizarse, y éste en julio del mismo año dio órdenes en ese sentido, pero dentro del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Dentro de ese organismo, formarían una sección, pero la sindicalización fue gradual. A partir de 1974 se dio la sindicalización de los niveles salariales más bajos, pero es hasta 1976, después de paros, plantones y manifestaciones, que se sindicaliza a todos los que habían sido considerados como trabajadores de confianza.
Eran de las pocas organizaciones sindicales que incluían a técnicos y profesionistas; en otras partes se les consideraba personal de confianza, aunque la ley no diga eso. Lo que la Ley Federal del Trabajo dice es: "Artículo 9. La categoría de trabajador de confianza depende de la naturaleza de las funciones desempeñadas y no de la designación que se dé al puesto. Son funciones de confianza las de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan carácter general, y las que se relacionen con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento."
Luego, junto con otros actos represivos, los técnicos y profesionales fueron declarados como "de confianza" y sacados del sindicato. Hubo numerosos despedidos y jubilados prematuramente, en diferentes momentos. A pesar de todo, hubo nuevos intentos de sindicalización en 1994 y en 1995, en este caso también para defender la petroquímica de Pemex, que estaba en la mira privatizadora.
En 2002 se forma la Unión de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera, A C (Untcip). Ahí estaban también despedidos y jubilados.
Esta vez, como van por el registro como sindicato, sólo son miembros los que trabajan ahora en Pemex, para eludir posibles trabas. Hay otros ahí, ayudando y a veces hablando, despedidos o jubilados, pero no pueden ser miembros de la nueva unión. Creo que se necesita mucha decisión para, después de lo que ha pasado en ocasiones anteriores, volverse a lanzar y a organizar. También son muestra de una nueva época, de una nueva correlación de fuerzas. Y como en otras ocasiones, se junta con un problema en Pemex, con los intentos de meter empresas privadas en mayor escala e ir privatizando. La vez anterior, cuando querían vender la petroquímica de Pemex, se opusieron abiertamente y el intento privatizador finalmente, después de año y medio, fracasó. En 2004 hubo nuevos intentos de sindicalización.
Ya hablando otra vez de la nueva UNTyPP, los técnicos y profesionistas vinieron de un buen número de ciudades petroleras, y de otras no pudieron venir porque les encargaron tareas "de emergencia" y cosas así que no se pueden dejar de atender. Una vez que se cubrieron los trámites de aprobación de los documentos básicos, Declaración de Principios y Estatutos, que ellos ya habían discutido y consensuado durante 15 reuniones, se dio la elección, de hecho consensuada, de Comité Ejecutivo y Comisión de Vigilancia.
En su Declaración de Principios, entre otras cosas la nueva organización dice: "Todos los trabajadores técnicos y profesionistas de Petróleos Mexicanos tenemos derecho y obligación de participar en las decisiones técnicas y administrativas de la empresa (...) Rechazamos la privatización de Pemex, cualquiera que sean su forma y sus beneficiarios (...) Estamos convencidos de que el desarrollo de nuestro país debe ser de manera sustentable, pues es la única forma de garantizar un futuro mejor para nuestros hijos".
En su proceso de organización y consolidación, estos técnicos y profesionistas han contado con el apoyo solidario de abogados democráticos, de organizaciones sindicales y de partidarios de un Pemex fortalecido y nacional
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